jueves, 30 de octubre de 2014

Capítulo 3


LA PRINCESA Y EL PERIODISTA
CAPÍTULO 3: EL SECRETO DE LA REINA


BRUSELAS, BÉLGICA

Comienza el capítulo con una vista de la catedral de Saint Michel de Bruselas.


INT. / PALACIO REAL, DORMITORIO DE ELIZABETH / NOCHE

La princesa conversa por teléfono con su tía Margaret, que está en un hotel de Houston, como bien sabemos acompañando a su hermano el Rey Edward en su lucha contra la enfermedad.


Elizabeth: ¿Tú crees que hice mal? Ay ahora no sé... Shaila dice que…

Margaret: No hagas caso de Shaila, y tú escúchame a mí. Me encantó la idea. ¿Qué cara pondría Andrés al ver la corbata? (Sonríe)

Elizabeth: Sé que le gustó porque se la puso para presentar el informativo de esta noche. (Sonríe)

Margaret: Eso es muy buena señal mi niña, muy buena señal…

Elizabeth: ¿Crees que voy demasiado rápido? Es que eso de que una chica  le regale algo a un hombre tan pronto pues… Mi padre no me educó así y lo sabes.

Margaret: Estamos en el siglo XXI mijita, no en el XVIII, ahora las chicas pueden y deben conquistar al chico que le gusta. ¿Qué tiene eso de malo? Aquellos tiempos donde una debía esperar a que se lanzaran ellos pasaron a la historia. A los hombres también les gusta que les conquisten y más una chica como tú.

Elizabeth: Ya pero es que yo no soy una chica normal, tía. Soy…

Margaret: Y dale con lo mismo… Esa educación rancia y tradicional que te han inculcado tus padres no va conmigo. Siempre fui la oveja negra de la familia por rebelarme a las normas establecidas.

Elizabeth: Pero tú eres tú y yo soy yo, tía Margaret. No nos parecemos en nada.

Margaret: Tú eres igual de rígida y seria que tu padre, y no deberías, porque eres una muchacha joven, que tiene sueños, ganas de vivir, de enamorarse… de ser feliz. Que seas la princesa heredera al trono no quiere decir que no puedas vivir como una mujer como las demás.

Elizabeth: Andrés no me llama, ni siquiera me ha enviado un mensaje… Temo que le espanté.

Margaret: Anda ya… si se puso la corbata es que le gustó el detalle, lo que pasa que se hace el interesante. Te lo digo yo.

Elizabeth: ¿Y qué hago?

Margaret: Mira, vas a hacer esto… Vas a esperar una semana sin dar señales de vida, no le busques, no le llames, tú nada. Pasa de él.

Elizabeth: ¿Y si se olvida de mí? (Triste)

Margaret: Si de verdad le gustas te buscará, ahora la pelota está en su tejado como dice el dicho…


INT. / PALACIO REAL, DESPACHO DE LA REINA / NOCHE

Jacques, el jefe de la Casa Real, le entrega un sobre color marrón claro a la reina Anne. La soberana está sentada a su escritorio, revisando unos papeles. Jacques, de pie, espera…


Anne: ¿Qué es esto?

Jacques: Acaba de llegar por mensajería privada, Majestad.  No se preocupe ya los de seguridad lo revisaron.

Anne: ¿Una carta a estas horas de la noche? (Abriendo el sobre)

Jacques: Con su permiso, señora… (Se dispone a irse pero…)

Anne: ¡No, no puede ser! (Asustada y muy preocupada, nerviosa mirando unas fotos)

Jacques: ¿Ocurre algo Majestad? (Preocupado se acerca a ella)

Anne: ¡No es posible! Alguien quiere chantajearme…. ¡Maldición! (Se levanta de la silla y lanza las fotos al piso)

Jacques: ¿Qué… qué diablos es esto? (Mirando las fotos en el suelo)

En imagen en primer plano vemos varias fotografías donde aparece la Reina Anne besándose con el Duque Sebastian de Valois. Fotos robadas, captadas durante la noche, dentro de un coche oficial.

Anne: ¡Alguien me quiere hundir! ¿Quién sabe mi secreto? Te juro que si te fuiste de la lengua no te la vas a acabar, Jacques. ¡Te lo juro! (Furiosa)

Jacques: ¡Yo no tengo nada que ver con esto, Majestad, se lo prometo! No sé como hicieron para descubrir su relación con el Duque de Valonia. Usted sabe que soy fiel a su Majestad.

Anne: Maldita sea… si no pagamos 300.000 euros en 24 horas, estas fotos aparecerán en toda la prensa nacional e internacional. ¿Tú sabes lo que significaría esto?

Jacques: El rey la repudiaría y la echaría de palacio, con el consiguiente escándalo en Bélgica.

Anne: Tenemos que hacer algo… y pronto. (Seria y soberbia)


INT. / ESTUDIOS CANAL 1, PASILLOS / NOCHE

Andrés termina su jornada laboral en el canal de tv donde trabaja. El chico va hacia su camerino para cambiarse de ropa, en esto se encuentra con la exuberante Silvie.


Silvia: Hola guapo… ¿Ya te vas?

Andrés: Sí, ya terminé, voy a cambiarme. Quiero llegar pronto a casa y acostarme, estoy muy cansado, hubo mucho trabajo en la redacción.

Silvie: ¿Y esa corbata? (Mirando el regalo sobre la camisa de Andrés)

Andrés: Es… es nueva… ¿Te gusta? Me la regaló una amiga… (Sonríe)

Silvie: ¿Una amiga? (Celosa y molesta) ¿Qué amiga? (Con mal tono)

Andrés: Se llama Elizabeth, tú no la conoces.

Silvie: Pues hijo dile a tu a-mi-ga que vaya mal gusto tiene, es horrorosa… (Tocándola con la mano) Que corbata tan fea…

Andrés: A mi me parece muy bonita, qué quieres que te diga. Me gustó el detalle.

Silvie: ¿Y de qué o qué te regala cosas ahora a ti esa tal Elizabeth? ¿Me puedes explicar?

Andrés: ¿Tendría por qué hacerlo? (Con mal tono)

Silvie: A mí no me hables así, eh. ¡Pero bueno tú que te has creído! (Toda la gente alrededor les mira)

Andrés: No me alces la voz, porque no te lo consiento. No es asunto tuyo si alguien me hace regalos o me los deja de hacer. Ni que fueras mi novia.

Silvie: Eres un imbécil… (Furiosa, muy enojada)

Andrés: Lo que faltaba… No voy a discutir esto contigo, tengo que irme. (Se dispone a irse pero ella le toma del brazo con brusquedad)

Silvie: ¡No tú no te vas a ninguna parte! ¡Ahora mismo me vas a decir quien es esa zorra que te anda regalando cosas! ¿Quién?

Andrés: ¡Suéltame! (Se suelta enojado) ¡Ya te dije que es una amiga! ¡Y basta ya de montarme escenas de celos! ¡Esto no se lo aguanto a nadie! ¿Te enteras? ¡A nadie! (Con mal genio)

Silvie: Eres un desgraciado… Seguro te estas revolcando con esa furcia que te compra cosas caras, porque a leguas se ve que la corbatita aparte de fea es bien cara, seda natural.

Andrés: Yo no sé de sedas ni tonterías de esas, ni me interesa, lo que cuenta es el detalle. Además, no sé que hago perdiendo el tiempo dándote explicaciones…  Hasta mañana. (Se va enojado)

La rubia se queda en el pasillo sola, muy enfadada, con mala cara, celosa y muy molesta al descubrir que hay otra mujer en la vida de Andrés.

Silvie: No voy a parar hasta descubrir quien es esa maldita estúpida que te anda conquistando con regalitos finos… ¡Te lo juro Andrés! ¡Nadie se va a interponer entre tú y yo! ¡NADIE! (Furiosa)


AL DÍA SIGUIENTE
HOUSTON, ESTADOS UNIDOS

INT. / CLÍNICA ANDERSON, CONSULTA / DÍA

Margaret se encuentra con el doctor que lleva el caso de su hermano el Rey. El médico no es ni más ni menos que un antiguo amor de juventud de la Infanta.


Michael: Nunca pensé que volvería a verte Margaret, han pasado más de 20 años… (Emocionado)

Margaret: Esto es lo que me faltaba… (Con mala cara)

Michael: Bien sabes que nunca pude olvidarte, yo te amaba.

Margaret: Ya… Mi padre nunca aceptó lo nuestro porque no eras de sangre azul. Eran otros tiempos.

Michael: Pero no ves que el destino nos ha vuelto a poner de nuevo frente a frente. ¿Por qué no me das una oportunidad?

Margaret: ¡Porque ya es demasiado tarde! ¡Muy tarde! Debiste luchar por mí y no lo hiciste. Ahora no vengas con historias pasadas.

Michael: Está bien… si es lo que quieres, no te molestaré más. Me limitaré a ejercer mi trabajo como médico y procurar que tu hermano salga de esta y supere el cáncer.

Margaret: Más te vale, porque Edward y mi sobrina son mi única familia. (Rompe a llorar)

Michael: Por favor no llores Margaret… (Triste) Siento haberte incomodado… yo… yo te quiero…

Margaret: ¡Cállate! (Le pega una bofetada) ¡Cállate y no mientas! Te largaste a Los Ángeles en cuanto mi padre te amenazó con que me dejaras y ahora apareces queriendo que te perdone. ¡Eres un poco hombre! (Con lágrimas en los ojos)


AMSTERDAM, HOLANDA

INT. / HOTEL, SUITE PRINCIPAL / DÍA

La Reina Anne y su amante, el Duque de Valonia, conversan en la lujosa y exclusiva habitación. Desde hace meses ambos se ven a escondidas cada cierto tiempo fuera de Bélgica, en la capital de la vecina Holanda donde la prensa de su país no les pueda descubrir.



Anne: Mi marido está en Houston, está enfermo, tiene cáncer.

Sebastian: ¿Y? A mí que me importa la vida de ese idiota… bueno para nada… Lo tiene todo solo por haber nacido en cuna de oro.

Anne: ¡Edward es el padre de mi hija! ¡No te consiento que hables así de él!

Sebastian: Hace años que ya no le amas, si no, no llevarías esta doble vida conmigo y lo sabes, preciosa.

Anne: Yo me casé enamorada, pero ser Reina no es fácil. Mi matrimonio empezó a hacer aguas al poco de que Edward subió al trono… yo no quería esta vida. Yo era feliz en Londres, como una aristócrata más de la corte.

Sebastian: Tú también eres miembro de la realeza, no en vano eres sobrina segunda de la Reina Isabel de Inglaterra.

Anne: Cállate y escúchame. Si vine fue por que tengo que hablar contigo, me están chantajeando. Alguien nos hizo unas fotos en nuestro pasado encuentro aquí en Amsterdam.

Sebastian: ¿Quée? (Preocupado)

Anne: He tenido que pagar una gran suma de dinero para evitar que salgan a la luz.


DÍAS DESPUÉS
BRUSELAS, BÉLGICA

EXT. / CLUB HÍPICO, PISTAS DE ARENA / DÍA

Elizabeth monta a caballo en compañía de Robert, el hijo de los Duques de Valonia. La princesa es una buena amazona y aficionada a los saltos desde que era una adolescente. Robert, a lomos de un caballo negro, y ella en uno castaño, conversan.


Robert: ¿Te gustaría que saliéramos juntos el viernes? Van a abrir una nueva discoteca donde va a acudir lo más selecto de la sociedad belga. Tienen zona VIP y reservados.

Elizabeth: Lo siento Robert, pero ahora mismo no tengo ganas de fiestas. (Seria)

Robert: ¿Y eso por qué? Te noto como triste, seria… ¿Te ocurre algo? ¿Estás bien?

Elizabeth: No me pasa nada… todo como siempre.

Robert: Sabes que me gustas, que te quiero… ¿Por qué no quieres salir más conmigo, dime? ¿Tan feo te parezco o qué? Pensé que la última vez lo pasamos bien.

Elizabeth: Para mí eres sólo un buen amigo, nada más… Y no me hagas hablar otra vez del mismo tema. No quiero discutir de nuevo.

Robert: Hay otro hombre… ¿Verdad? (Molesto)

Elizabeth: ¿Y qué si lo hubiera? No es asunto tuyo.

Robert: Asunto de Estado sería en todo caso… ¿No me digas que en la fiesta esa del otro día, la de Bernard Chevalier, conociste a alguien? Estoy seguro que así fue, algo me han dicho…

Elizabeth: Pues te informaron mal… (Molesta, se baja del caballo y lo lleva de las riendas caminando)

Robert: ¡A mi no me veas la cara de idiota, Elizabeth! (Se baja del suyo y camina igualmente, dejando al animal sólo)

Elizabeth: ¡Déjame en paz, me tienes harta! Te he dicho que no voy a volver a salir contigo, y se acabó. No me interesas.

Robert: ¿Ah no? (La toma de la cintura y la besa a la fuerza)

La princesa logra zafarse de él y le suelta una sonora y fortísima bofetada.

Elizabeth: ¡No te atrevas a besarme! ¡No vuelvas a hacerlo! (Furiosa)

Robert: Eso es lo que te hace falta que un hombre te baje los humos y esos aires de princesita frustrada que tienes. ¡A poco y ese tipo no te hace sentir mujer como te haría yo!

Elizabeth: ¡Cállate! Eres un grosero y un estúpido. Ni muerta me casaría con alguien como tú.

Robert: Tú te casarás con quienes tus padres digan y lo sabes. Ya llevas tres relaciones fallidas porque no sabes elegir a tus noviecitos… Todavía recuerdo el primero con el que saliste, parecía una niñita, de tan fino que era jajaja.

Elizabeth: Eres despreciable… (Furiosa se va)

Robert: Jajajaja.


INT. / CAFETERÍA / DÍA

Silvie y su amiga Rebecca hablan sobre Andrés, ambas chicas toman algo sentadas a una de las mesas del bar.


Silvie: Hay otra mujer…

Rebecca: ¿En serio? ¿Y como supiste?

Silvie: Le ha regalado una corbata, bien fea por cierto… (Enojada)

Rebecca: Tienes que apurarte, y la otra te lo va a quitar…

Silvie: ¿Y qué quieres que haga, que le ponga los senos en bandeja?

Rebecca: Chica, en el amor y en la guerra todo vale… Tú verás…


INT. / MANSIÓN VALOIS, SALA / DÍA

La Duquesa de Valonia, Chantal, conversa con Jacques, el jefe de la Casa Real. Ambos sentados en sendas butacas.


Jacques: Sí vine es porque hay algo que debe saber, señora Duquesa. Es un asunto de Estado.

Chantal: Soy toda oídos, Jacques… ¿Qué pasa con el Rey? ¿Por qué lleva tanto tiempo sin aparecer públicamente, me puedes explicar?

Jacques: El Rey está en Houston, señora Duquesa, tiene cáncer.

Chantal: ¿Quéee?

Jacques: Por favor le ruego que esto no salga de aquí, podría perder mi trabajo.

Chantal: Sabía que esa estúpida de Anne me ocultaba algo… lo sabía. (Con mala cara)

Jacques: Ahora si me permite, tengo que marcharme… (Pensando: Si supiera que su marido y la Reina son amantes…)


INT. / ESTUDIOS CANAL 1, REDACCIÓN / DÍA

El jefe de informativos, Bernard Chevalier, charla con Andrés acerca de asuntos de trabajo.

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Andrés: Está bien, entonces la semana que viene salgo para allá.

Bernard: Tienes que cubrir las elecciones generales en Italia y nadie mejor que tú para informar en directo desde Roma.

Andrés: Gracias por la confianza, señor Chevalier. Le prometo que haré un buen trabajo.

Bernard: Eso espero. Apenas serán un par de días, nada más. Se te pagará el viaje, las dietas, el hotel y demás…

Andrés: ¿Quién me va a sustituir en plató esos dos días al frente del informativo?

Bernard: Silvie. (Sonríe)


INT. / PALACIO REAL, DORMITORIO DE ELIZABETH / NOCHE

La princesa llora amargamente en su cama, boca abajo, abrazada a la almohada. En ese momento su amiga y doncella Shaila entra en la habitación con la bandeja de la cena.


Shaila: ¡Eli! ¿Pero que te pasa, por qué lloras? (Dejando la bandeja sobre una mesa)

Elizabeth: Déjame sola, Shaila, por favor… (Llorando)

Shaila: Ay amiga, sabes que puedes confiar en mí… ¿Es tu papá? ¿Está peor? (Preocupada)

Elizabeth: No, no es mi papá, él está bien dentro lo que cabe… hablé con él por teléfono esta tarde.

Shaila: ¿Y entonces?

Elizabeth: Ay amiga… (Se sienta en la cama, llorando)

Shaila: Toma anda… (Le da un pañuelo) ¿Qué ocurre? Me estás asustando.

Elizabeth: Discutí con el imbécil de Robert hoy en el club hípico.

Shaila: ¿Y por eso estás así? Anda que le zurzan, pasa de ese idiota… Es un creído.

Elizabeth: Es la forma en como me habló, me trató como si yo fuera una estúpida a la que todos pueden controlar, como si no tuviera voz ni voto en mi propia vida.

Shaila: No digas eso… (Triste)

Elizabeth: ¡Pero tiene razón! Soy princesa pero vivo en una jaula de oro. ¡En una maldita jaula de oro! (Llorando amargamente)

Shaila: Cálmate que te va a dar algo, Eli, por amor de Dios… (Preocupada)

Elizabeth: Por si fuera poco, Andrés no me llama, no me escribe… Creo que se olvidó de mí. (Llorando)

Shaila: No digas eso, seguro tiene mucho trabajo, recuerda que es periodista…

Elizabeth: ¿Y ni un momento ha tenido para escribirme? Pensé que yo le gustaba pero creo que no es así… Seguro se puso la corbata solo para quedar bien conmigo y nada más.

Shaila: ¿Eso crees? ¿Qué no has visto las noticias esta semana o qué?

Elizabeth: No, desde el lunes no he vuelto a ver las noticias, no quiero verle.

Shaila: Pues deberías, porque todos los días lleva la misma corbata, la que tú le regalaste.

Elizabeth: ¿Quéee? (Se limpia las lágrimas con el pañuelo)

Shaila: Que la lleva a diario, puede cambiar de traje, de camisa, pero la corbata es la misma todas las noches.

Elizabeth: Ahora si que no entiendo nada... (Extrañada)




AL DÍA SIGUIENTE
INT. / APARTAMENTO DE ANDRÉS, SALÓN / DÍA

Andrés charla con su amigo Henry, ambos de pie frente a frente.


Henry: Pues tiene que aparecer… (Rebuscando bajo los cojines del sofá)

Andrés: Tengo que encontrar esa nota, ahí viene el teléfono de Elizabeth. Lo perdí el día que regresé a casa de la fiesta.

Henry: En serio, eres tonto… ¡Sólo a ti te pueden pasar estas cosas!

Andrés: Elizabeth fue la que me regaló la corbata, llevo toda la semana saliendo en el informativo con ella puesta, para que vea que no la olvidé pero no encuentro su teléfono.

Henry: ¿Y tú no le diste el tuyo? Ay la madre que te trajo…. (Enojado)

Andrés: Por eso tengo que encontrar ese maldito papel…

Henry: ¿Estás seguro que lo trajiste a tu casa? No lo perderías por el camino…

Andrés: No… te digo que llegué a casa con él, lo llevaba en la chaqueta del traje.

Henry: ¡Aquí está! (Tomando la nota de debajo del sofá) ¿Barres poco tu casa verdad? Jajaja.

Andrés: Jajaja, deja de decir estupideces. ¿Quieres? ¡Trae acá! (Le quita la nota de las manos)

Henry: ¿Entonces con Silvie nada que ver? ¿En serio? (Extrañado)

Andrés: No… además me montó un número que no veas delante de todo el mundo en el canal. Se puso celosa por la dichosa corbata.

Henry: Porque le gustas…

Andrés: Pues yo no aguanto que me traten así, lo siento. (Tomando su teléfono móvil)

Henry: Bueno tengo que irme, que entro a trabajar en media hora. Ya me contarás que tal con la profesora… (Se va)

Andrés: Chao… hasta luego… (Con el teléfono al oído) Vamos Elizabeth contesta… por favor…


INT. / PALACIO REAL, DORMITORIO DE ELIZABETH / DÍA

El teléfono móvil de la princesa suena en la mesilla de noche pero la joven se está bañando y no oye la llamada. Elizabeth no conoce el número de Andrés por lo que aunque vea luego la llamada perdida no sabrá de quién es… El chico le envía un mensaje pero la red se cae en ese momento y el whatsapp no llega nunca.


DÍAS DESPUÉS
ROMA, ITALIA

EXT. / PLAZA DE SAN PEDRO DEL VATICANO / DÍA

Ante la imponente y majestuosa Basílica de San Pedro, en pleno centro de la capital italiana,  Andrés observa el lugar. Es al primera vez que viaja a Italia, aunque por motivos laborales, y todo le llama la atención. La ciudad eterna es una auténtica obra de arte y una de las ciudades más hermosas de la vieja Europa. En ese momento comienza a llover, Andrés echa a correr para intentar no mojarse y en ese momento se choca con una joven que va acompañada por cuatro personas más. Todos con paraguas para evitar la intensa lluvia.


Elizabeth: ¡Ahhh!!! ¡Ey a ver si mira por donde va, patán!

Andrés: ¿Elizabeth? (Sorprendido)

Elizabeth: ¿Andrés? ¿Andrés que haces tú aquí?

Escuchamos música, A prueba de ti, de Malú.

Si te amé, ya no sé, en mi tu nombre ya no existes en mi piel
Si lloré, no recuerdo cómo fue
Si te amé, pudo ser, un momento de locura y está vez
No hay después, descubrí que estoy a prueba de ti… prueba de ti…

Andrés y Elizabeth se miran a los ojos, él sonríe aunque ella, más seria, no responde a la sonrisa. Junto a ellos vemos a Shaila, la doncella, y a tres guardaespaldas de la princesa. Dos de ellos intentan separar a Andrés de la joven.

Andrés: ¡Ey , ey pero que hacen! ¡Ehhh!! ¡Ehhhh!!! (Enojado)

Elizabeth: Por favor, no le toquen, es un amigo, por favor…

Guardia1: Lo siento, alteza.

Andrés: ¿Alteza? ¿De qué está hablando este tipo? ¿Por qué vas con tres seguratas, me quieres explicar?

Shaila: Ay Eli… ay Eli… (Preocupada)

Elizabeth: (Mirando al jefe de seguridad) Por favor, Antoine, podrían dejarnos a solas un momento. Shaila ve con ellos, sí.

Guardia1: Está bien, alteza, como usted ordene, pero estaremos a pocos metros. No podemos alejarnos mucho, usted lo sabe. (Se retiran)

Andres: ¿Se puede saber que significa esto? ¿Por qué ese hombre te llama alteza? ¿Qué está pasando acá, eh?

Elizabeth: No me cambies de tema… ¿Qué haces tú aquí? ¿Me seguiste hasta Roma verdad?

Andrés: Estoy aquí por motivos de trabajo, mañana son las elecciones generales en Italia, y la que me cambia de tema eres tú. ¿Qué haces acompañada de tres tipos que parecen tus guardaespaldas? ¡Dime! ¿Quién demonios eres?

Elizabeth: Soy… está bien, te voy a decir la verdad… Soy Elizabeth, la princesa de Bélgica.

Andrés: Jajajaja. Mira, me río por no enfadarme. Déjate de estupideces…. Y dime la verdad, no estoy para bromas. (Sonríe y contiene la risa)

Elizabeth: Te estoy diciendo la verdad, soy la hija del Rey Edward de Bélgica.

Andrés: La verdad que eres buena como actriz pero ya vale con la bromita… ¿Quieres?

Elizabeth: ¿No me crees verdad?

Andrés: Jamás había escuchado una tontería igual… Si quieres burlarte de mí, adelante, sigue… porque para el caso ya que más da. Llevas casi dos semanas ignorándome…

Elizabeth: ¿Ignorándote? Pero bueno tendrás cara. Eres tú el que no me llamó ni me escribió ni un mensaje.

Andrés: Perdí tu teléfono… lo siento no sabía como localizarte, cuando lo encontré te llamé y te envíe un mensaje pero no me respondiste.

Elizabeth: No mientas, a mi no me llegó nada…

Andrés: No voy a discutir… Creo que es mejor que lo dejemos así.

Elizabeth: No si dejado está…

Andrés: Lo que usted diga princesita… (Se burla)

Elizabeth: No te rías… ¡Te he dicho la verdad! ¿Por qué no me crees? ¿No viste a los de seguridad? Si no nos quitan ojo de encima, mira…

En ese instante Andrés voltea a ver, los guardias les observan a pocos metros, Shaila habla con ellos explicándoles quién es Andrés.

Andrés: ¿Te estás quedando conmigo, verdad? Esto es lo más ridículo que me han dicho en mi vida. ¿Estás tomándome el pelo? Ya vale con la broma, porque me estoy empezando a molestar.

Elizabeth: Está bien, ahora vas a ver… ¡Antoine!  (El hombre se acerca a ellos)

Guardia1: ¿Sí, alteza?

Elizabeth: Ya podemos irnos. No tengo nada más que hablar con este… señor… (Mirando mal a Andrés)

Guardia: Shaila acaba de contarnos que usted y el periodista se conocen, siento el malentendido, disculpennos. Comprenda señor. (Mirando a Andrés) Es nuestro trabajo proteger a la princesa.

Andrés: Y dale con la princesa… ¿Pero Elizabeth tú crees que soy idiota? Ya está bien, parece que tuvieras tres años.

En ese instante la doncella le muestra Andrés algo que lo cambiará todo…

Shaila: Calla y toma… (Le muestra una foto de los Reyes de Bélgica con Elizabeth en la pantalla de su tablet)

Andrés: No… no puede ser…

Elizabeth: ¿Ahora sí? (Sonríe conteniendo la risa)

Andrés: No… esto… eso no es posible… (Mirando a la joven y a la foto alternadamente) ¿Eres… tú eres… eres…? ¡Eres…! (Alucinado)

Shaila: Si hijo si, es… es… (Se burla)

Escuchamos música, a prueba de ti, de Malú, mientras Andrés y Elizabeth se miran en silencio. La cara de Andrés habla por sí sola, no puede creer lo que acaba de ver. 


Los guardaespaldas contienen la risa igual que Shaila. Por su parte Elizabeth está nerviosa pues no sabe como va a reaccionar ahora el chico que le gusta. ¿Qué ocurrirá? Lo veremos en el próximo capítulo.

Si te amé, ya no sé, en mi tu nombre ya no existes en mi piel
Si lloré, no recuerdo cómo fue
Si te amé, pudo ser, un momento de locura y esta vez
No hay después, descubrí que estoy a prueba de ti… prueba de ti…


CONTINUARÁ