sábado, 1 de noviembre de 2014

Capítulo 4



LA PRINCESA Y EL PERIODISTA
CAPÍTULO 4: A PRUEBA DE TI


ROMA, ITALIA
EXT. / PLAZA DE SAN PEDRO DEL VATICANO / DÍA

Andrés sigue sorprendido por lo que acaba de descubrir, que Elizabeth es la hija de los Reyes de Bélgica, una verdadera princesa. Los 3 guardias de seguridad, vestidos de paisano, y Shaila, la doncella, no pueden por menos de sonreír sin llegar a la carcajada por respeto. Elizabeth mira a Andrés en silencio, esperando su reacción.

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Andrés: No me lo puedo creer… (Alucinado) Esto no me puede estar pasando a mí…

Shaila: ¡Ay ya bobo! Trae acá… (Le quita la Tablet)

Elizabeth: Te estaba diciendo la verdad… ¿Ahora ya me crees? ¿Entiendes lo de mi gente de seguridad?

Andrés: Esto es muy fuerte… pero que muy fuerte… Esto se cuenta en las noticias y no me lo creen.

Elizabeth: Tú no vas a decir nada, porque te juro que te mato. (Sonríe, le amenaza en bromas)

Andrés: Perdón, “Al-te-za”… (Se burla)

Elizabeth: Jajaja. Qué idiota eres… (Sonríe dulce)

Andrés: Lo siento, yo no sabía, no esperaba que tú… bueno que usted… (Nervioso)

Elizabeth: ¿Ahora me vas a hablar de usted? (Sorprendida)

Andrés: ¿Y entonces como quieres, digo quiere que la trate? ¡Dígame! Ah por cierto…. ¿Por qué me dijo que era profesora?

Shaila: Porque estudió magisterio…. Entre otras muchas cosas…

Andrés: ¿Para ejercer en donde? ¿En un palacio? Jajajaja.

Guardia1: ¡Un respeto por favor, está usted hablando con la heredera al trono de Bélgica! (Enojado)

Elizabeth: Déjale, Antoine, Andrés no sabía quien era yo realmente, nos conocimos hace poco en una fiesta en casa de Bernard Chevalier.

Shaila: De todas formas pienso que este chico debería guardar el protocolo, Elizabeth.

Andrés: ¿Y se puede saber quien esta señorita de las gafas de pasta y quien le ha dado vela en este entierro? ¿Me pueden explicar? (Se burla)

Shaila: ¡Pero bueno! (Molesta)

Elizabeth: ¡Andrés por favor!

Andrés: Jajaja, es una broma, que susceptibles que son… Mire, o mira… Elizabeth, tú serás todo lo princesa que quieras pero yo no sé de protocolos ni de tonterías de esas, lo siento…

Elizabeth: Chicos, Shaila… me gustaría poder hablar a solas con Andrés. ¿Podrían dejarnos unos minutos?

Shaila: Elizabeth sabes que eso no puede ser, los de seguridad no pueden dejarte sola y mucho menos con un tipo que apenas conoces. ¿Te has vuelto loca?

Elizabeth: Es una orden. (Seria)

Shaila: Mmm…


HOUSTON, ESTADOS UNIDOS

EXT. / CLÍNICA ANDERSON, JARDINES / DÍA

El Rey Edward y su hermana la infanta Margaret pasean por los bonitos jardines del hospital, conversando tomados del brazo. Hace un día muy soleado en la ciudad texana.

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Edward: ¿Cómo están las cosas en palacio? ¿Hablaste con mi esposa?

Margaret: No, con la que hablé por teléfono fue con Elizabeth. Me dijo que se iba a pasar el fin de semana a Roma.

Edward: Pero Shaila fue con ella, me imagino….

Margaret: Sí, siempre la acompaña en sus viajes, además de los miembros de seguridad, ya lo sabes. (Pensando: Esa muchacha necesita salir de esa jaula de oro en la que vive)

Edward: Apenas llevo dos semanas aquí y ya estoy deseando largarme de este maldito hospital. Tengo mucho que hacer en Bruselas.

Margaret: Ahora lo más importante es tu salud, hermano, lo demás puede esperar.


ROMA, ITALIA
EXT. / CAFETERÍA / DÍA

Minutos después, a las puertas de una cafetería cercana en plena calle…

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Elizabeth: Pueden esperar aquí o si quieren pasar y tomarse algo mientras en otra mesa…

Guardia1: Está bien, nos sentaremos en otro lugar, pero por su seguridad tenemos que seguir las normas.

Guardia3: Debemos cachear a su amigo… Lo siento.

Andrés: ¿Qué? ¿Cachearme a mí? ¿Oiga pero usted que se ha creído que soy yo, eh? ¿Un terrorista? Vamos, hombre lo que me faltaba…

Guardia1: Lo siento mucho señor Cerezo pero no podemos dejarle a solas con la princesa sin haberle registrado previamente.

Elizabeth: Por favor no le hagan pasar por algo así… Andrés es mi amigo.

Shaila: ¿Estás segura Elizabeth?

Elizabeth: Por favor… (Con cara suplicante)

Guardia1: Está bien, está bien, pero no vamos a dejarles solos, no nos está permitido. Si los Reyes se enteran de esto podríamos perder nuestro trabajo. La seguridad de su Alteza Real es algo muy serio.

Andrés: Está bien, vale, hagan lo que tengan que hacer… (Alzando los brazos como si fuera un delincuente)

Uno de los guardaespaldas cachea a Andrés rápidamente… La gente les mira en la calle pues no entienden nada pero al estar en otro país nadie ser percata de que Elizabeth es una princesa de verdad.

Andrés: (Con sarcasmo) Yo que llevaba preparada una granada escondida y pensaba hacerla explotar dentro del bar…

Elizabeth: ¡Andrés! Jajajaja. Estás loco… jajaja.

Shaila: Ay por Dios… (Sonríe)

Guardia1: Lo siento señor… Ya pueden entrar.

Acto seguido Elizabeth y Andrés entran en la cafetería, seguidos de Shaila y los tres guardaespaldas. Mientras la pareja se sienta en una mesa al fondo del local, los demás se quedan afuera en el porche. Ya sentados a su mesa y pedidas las consumiciones, Andrés y Elizabeth inician una importante conversación…

Elizabeth: Siento mucho que hayas tenido que pasar por esto Andrés, yo… (Avergonzada)

Andrés: La verdad no me había sentido tan humillado en mi vida… (Molesto) Ni que fuera un delincuente… (Con mala cara)

Elizabeth: Perdónalos, ellos sólo hacen su trabajo…

Andrés: ¿Por qué me mentiste? Me dijiste que eras maestra y mira con lo que me encuentro… Todavía sigo sin creerlo del todo.

Elizabeth: No te dije quien era realmente porque tenía miedo a tu reacción.

Andrés: ¿Mi reacción? ¿Qué reacción? Si la cara de idiota que se me quedó no se paga con nada… ¿Te estás burlando de mí o que pasa aquí? Esto no me gusta.

Elizabeth: Por favor, no te enfades… cambiemos de tema, sí… (Triste)

Andrés: Gracias por la corbata.

Elizabeth: ¿Te gustó? (Sonríe dulce)

Andrés: Sí, mucho… pero no hacía falta me regalaras algo tan caro… apenas nos conocemos…

Elizabeth: Lo siento… sólo quise tener un detalle contigo, creo que hice mal… Qué vas a pensar ahora de mí.

Andrés: Que todavía no me creo que esté hablando con la princesa de Bélgica… ¿Dónde está la cámara oculta? (Mirando a todas partes, le guiña el ojo y se burla de ella)

Elizabeth: Jajajaja. Me haces reír.. (Sonríe dulce)

Andrés: Me gusta cuando te ríes… (Ambos se miran a los ojos)

Elizabeth: Pensé que te habías olvidado ya de mí… como no me llamabas ni nada…

Andrés: Ya te dije que perdí tu teléfono, cuando lo encontré intente llamarte y no contestabas, te envié un mensaje y no respondiste. Creía que no querías volver a hablar más conmigo.

Elizabeth: ¿Y por qué no insististe?

Andrés: ¿Rogarle a una mujer? Donde se ha visto eso… (Se burla)

Elizabeth: Qué orgulloso eres… (Sonríe) Pero me gustas igual así.

Andrés: ¿De verdad te gusto? (Avergonzado)

Elizabeth: Sí… (Sonríe tímida)

Andrés: Ay Elizabeth… Esto me sobrepasa… no sé que decir…

Elizabeth: Desde que te vi por primera vez en televisión quise conocerte…

Andrés: ¿En serio? ¿Y cómo lograste que coincidiéramos en aquella fiesta en casa de Chevalier?

Elizabeth: ¿Te acuerdas que te hablé de mi tía? Bueno, pues ella es la hermana de mi papá, la infanta Margaret.

Andrés: Acabáramos… la de las influencias…

Elizabeth: Jajaja, esa misma. Bueno digamos que mi tía Margaret movió unos cuantos hilos y… se me hizo conocerte. (Sonríe)

Andrés: Sabes… Me gustaría seguir viéndote pero… creo que esto no va a funcionar…

Elizabeth: ¿Por qué? ¿Ya no te gusto? Perdóname por mentirte… no debí haberlo hecho.

Andrés: No, no es por eso… Es porque tú eres tú y yo sólo soy un simple periodista…

Elizabeth: ¿Y eso que tiene? No me digas que porque ahora sabes que soy princesa ya no me vas a hablar más… (Triste)

Andrés: Entiéndeme… no es fácil, esto es nuevo para mí, nunca había conocido alguien de la realeza en persona y menos una chica tan… tan dulce como tú. (Sonríe)

Elizabeth: ¿Eso quiere decir que…?

Andrés: Que me gustas Elizabeth, por eso me puse la corbata aquella noche para que vieras que acepté tu regalo.

Elizabeth: Eso fue lo que pensé…

Andrés: Pero el saber que eres quien eres pues lo cambia todo un poco… Yo… yo soy un hombre normal, con un trabajo normal, que vive en un apartamento alquilado, de apenas 70 metros cuadrados y tú…

Elizabeth: Tu apartamento cabría en mi dormitorio… (Sonríe)

Andrés: ¿Lo ves?

Elizabeth: Ay Andrés, pero eso qué importa… A mí me gusta como eres tú, me da igual lo demás. No me importa eso.

Andrés: Si tú lo dices…

Elizabeth: No lo digo, lo afirmo.

Andrés: ¿Y qué vamos a hacer ahora?

Elizabeth: Yo me marcho el lunes por la mañana, vine con Shaila, mi doncella, bueno la verdad es mi mejor amiga. Vine a casa de un diseñador italiano que me encanta. Siempre le encargo la ropa a él.

Andrés: Entiendo… Fue una sorpresa encontrarnos en Roma. La verdad nunca me lo hubiera imaginado.

Elizabeth: ¿Y tú? Dijiste que estabas por lo de las elecciones generales de mañana.

Andrés: Así es, llegue hoy al mediodía y estaba aprovechando a pasear un poco por Roma. Mañana estaré muy ocupado. Apenas vine por dos días.

Elizabeth: Claro… imagino debe ser apasionante eso de ser periodista y contar las noticias y saber tantas cosas que pasan en el mundo…

Andrés: La verdad me gusta mucho mi trabajo, yo estudié Ciencias de la Comunicación en España, en Madrid, estuve trabajando unos años allá pero luego se presentó esta oportunidad de irme a Bélgica y no me lo pensé dos veces.

Elizabeth: Me gusta como presentas, tienes un estilo fresco pero serio a la vez. (Sonríe)

Andrés: Gracias. (Sonríe)

Elizabeth: Me gusta hablar contigo.

Andrés: Y a mí… (Sonríe y le acaricia una de las manos, ella se pone nerviosa, se miran a los ojos)

Elizabeth: Estos italianos que poco serios son… aún no nos han servido el café siquiera… que mal servicio por favor…

Andrés: Voy a ver…

En esto Andrés se levanta y se choca con el mesero que les traía los cafés en una bandeja. Uno de ellos se le cae encima al periodista, manchándole la camisa.

Andrés: ¡Pero bueno! ¿Qué no mira por donde va?

Camarero: ¡Scusi, signore! ¡Scusi! (Preocupado y nervioso)

Elizabeth: ¡Dios mío! (Preocupada)

Andrés: Mire como me ha puesto… (Molesto) Voy al baño… qué desastre, por favor…

Elizabeth: Espera, te ayudo si quieres.

Andrés: Está bien.


BRUSELAS, BÉLGICA

INT. / MANSIÓN VALOIS, BIBLIOTECA / DÍA

La Duquesa de Valonia, Chantal, les cuenta a sus hijos sobre la enfermedad del Rey.

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Robert: ¿Qué? ¿Estás hablando en serio mamá? ¿El Rey tiene cáncer?

Chantal: Así es, no me pregunten como me enteré pero el caso es que lo sé.

Rebecca: ¿Y dónde está? ¿Por qué no ha vuelto a salir en actos públicos? Hace dos semanas que no se le ve en televisión ni en la prensa.

Chantal: Está en Houston, en una clínica especializada. Al parecer su hermana la loca extravagante de Margaret fue con él. Esa zafia siempre me cayó mal.

Rebecca: Tienes que convencer a Elizabeth de que vuelva a salir contigo, pídele perdón si hace falta.

Chantal: ¿Pedirle perdón? (Enojada) ¿Se puede saber que hiciste esta vez Robert?

Robert: Discutimos en el club hípico, pero no te preocupes, yo lo arreglo. Elizabeth es muy tonta y seguro me perdona.

Chantal: Más te vale, no quiero que nuestros planes se vayan al traste. Tienes que casarte con ella a cómo dé lugar… Y más ahora que su padre está así.

Rebecca: ¿Se lo imaginan? Ya me veo de cuñada de la futura Reina, jajaja.

Chantal: Y yo de Reina Madre, por lo menos… (Sonríe con astucia)


ROMA, ITALIA
INT. / CAFETERÍA, ASEO / DÍA

En los lujosos aseos de la exclusiva cafetería italiana, Andrés y Elizabeth conversan. Él se mira al espejo la mancha de la camisa.

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Andrés: ¿Y ahora que hago? Apenas traje dos camisas para el viaje, menos mal que tengo otra para mañana…

Elizabeth: Espera y te limpio, deja… (Tomando un pañuelo, lo moja en agua del grifo y trata de limpiarle la mancha de la camisa)

Andrés: No te molestes, no lograrás nada… Será casi peor…

Pero la princesa no le hace caso y trata de limpiarle la mancha, la joven alza la mirada y se cruza con la mirada de Andrés, algo nervioso por la situación. Ambos se sienten muy cerca uno del otro. Elizabeth, avergonzada, se detiene y deja de limpiar la mancha con el pañuelo. Andrés la mira a los ojos, ella se ruboriza.

Elizabeth: Creo que… creo que tienes razón…

Andrés: Ya te lo decía yo… (Nervioso)

Elizabeth: Disculpa, mejor te dejo que tú sólo… (Nerviosa)

Andrés: Espera… no te vayas…

Elizabeth: Tengo que salir, mis guardaespaldas se darán cuenta y van a pensar mal.

Andrés: Entiendo… está bien, está bien…

Pero ambos se miran a los ojos, a los labios, la tensión sexual es tan fuerte entre los dos y se atraen tanto físicamente que no pueden evitar lo inevitable. En ese instante Andrés la toma de la cintura y la besa apasionadamente. Ella se deja llevar y ambos se besan y se abrazan durante unos momentos. Escuchamos música (A prueba de ti – Malú)

Si te amé, ya no sé, en mi tu nombre ya no existes en mi piel
Si lloré, no recuerdo como fue
Si te amé, pudo ser, un momento de locura y esta vez
No hay después, descubrí que estoy a prueba de ti…

Andrés y Elizabeth se comen la boca a besos cada vez más y más intensos… En ese instante desde lejos, Shaila los ve por la rendija de la puerta. La doncella no da crédito a lo que ve y se queda totalmente alucinada. Shaila sale rápidamente a la calle para distraer a los guardaespaldas y que no se enteren de lo que ocurre.

Shaila trata de llamar a Elizabeth al móvil para avisarla de que salga del aseo pero la muchacha ignora el teléfono en su bolso y sigue besándose con Andrés. La princesa y el periodista se dejan llevar por sus sentimientos sin importarles nada ni nadie.

La joven se retira bruscamente y…

Elizabeth: ¡Esto no está bien! ¡No está bien! (Nerviosa, mirando hacia la puerta)

Andrés: ¡Lo siento, lo siento…! (Avergonzado) Fue… fue un impulso, me dejé llevar… perdón…

Elizabeth: Dios mío pero que estoy haciendo… (Saliendo del aseo muy nerviosa y arrepentida)

Andrés: ¡Espera Elizabeth, espera!

La princesa se marcha de la cafetería a toda prisa y en la calle avisa a los guardaespaldas y a Shaila.

Elizabeth: Vámonos, por favor… ¡Deprisa! (Nerviosa mirando hacia atrás)

Andrés: ¡Elizabeth! (En la puerta) ¡Espera no te vayas! ¡Elizabeth por favor! ¡Perdóname!

La princesa sube al asiento de atrás del coche, acompañada por Shaila. Dos de los guardaespaldas viajan en otro coche. El auto arranca sin que Andrés pueda alcanzarla.

Andrés: ¡Maldita sea! (Triste a la vez que preocupado)


BRUSELAS, BÉLGICA
INT. / PALACIO REAL, DESPACHO DE LA REINA / DÍA

La Reina Anne habla por teléfono con su amante, el Duque de Valonia, que a esa hora está trabajando en el despacho de su mansión, a las afueras de la ciudad.

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Anne: Tienes que descubrir quién nos está chantajeando, me han pedido más dinero. (Furiosa)

Sebastian: No te preocupes cariño, ya tengo varios empleados de confianza trabajando en ello, preciosa.

Anne: Nadie puede saber lo nuestro… ¡Nadie!

Sebastian: Veré que puedo hacer… tú tranquila. Por cierto… ¿Y la princesa? ¿Sigue en Roma?

Anne: Sí, pero creo que regresa el lunes. Tenemos una visita oficial a Viena el martes.


ROMA, ITALIA
INT. / EN EL COCHE / DÍA

El chofer, un hombre mayor, conduce el auto por las calles de Roma, a su lado va uno de los guardaespaldas. En el asiento de atrás, Shaila habla con la princesa.

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Shaila: ¿Se puede saber que te pasa? ¿Te has vuelto loca o qué?

Elizabeth: Ay amiga… no sé que estoy haciendo… Me dejé llevar… Andrés me besó y no pude negarme.

Shaila: No sabía como entretener a los guardaespaldas para que no te vieran con él así. ¿En qué estabas pensando?

Elizabeth: Ya sé que hice mal, que no debí haberme besado con él y menos en la cafetería pero…

Shaila: Te estás enamorando de ese periodista, Elizabeth.

Elizabeth: Lo sé… pero ¿Y que quieres que haga? Andrés me gusta, no estoy haciendo nada malo. (Triste) ¿O sí?

Shaila: Si no digo que hagas nada malo, es que...  (Preocupada)

Elizabeth: Pensé que tu me apoyabas en esto pero ya veo que no… (Molesta)

Shaila: Yo no he dicho eso, Andrés se ve buena persona, hasta es divertido, mira que lo de la granada…

Elizabeth: Jajaja. Es verdad… (Sonríe de nuevo)

Shaila: Pero yo no quiero que sufras y esto te va a hacer sufrir, tu sabes que los Reyes no aprobarían algo entre tu y ese periodista… Y antes de que ese momento llegue es mejor que…

En ese momento la princesa recibe un mensaje de Andrés. Elizabeth toma el móvil de su bolso y lo lee. El whatsapp dice… “Perdóname, por favor”


BRUSELAS, BÉLGICA
INT. / ESTUDIOS CANAL 1, DESPACHO DE BERNARD CHEVALIER / DÍA

El director de informativos, sentado a su escritorio, conversa con Silvie, quien de pie, frente a él le escucha.

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Bernard: Si quieres el cargo de subdirectora de informativos ya sabes lo que tienes que hacer…

Silvie: Antes muerta que volver a acostarme con usted… (Enojada)

Bernard: Jajaja… ay Silvie, Silvie… (Se levanta de la silla y se acerca a ella, intimidante)

Silvie: Llevo 2 años luchando por ese puesto y creo que me lo merezco por méritos propios.

Bernard: No, si no digo que no… preciosa… (Le pasa la mano por el trasero)

Silvie: ¡No me toque!! (Rabiosa, se revuelve e intenta darle una bofetada)

Pero su jefe la toma del brazo impidiéndoselo y la mira desafiante a los ojos.

Bernard: ¡Tú harás lo que a mí me dé la gana o de lo contrario todo el mundo sabrá de tu oscuro pasado! ¿Te queda claro estúpida? (Soltándola del brazo, escuchamos música incidental)


HOUSTON, ESTADOS UNIDOS
INT. / HOTEL, HABITACIÓN / DÍA

La infanta Margaret revisa su email en el laptop, sentada en la cama de la habitación del hotel. La tía de la princesa abre un correo anónimo, extrañada, sin esperar lo que está a punto de ver.

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Margaret: ¡Oh my Gooooodd!!!! (Muy cómica, con los ojos abiertos como platos soperos)

En pantalla tanto ella como nosotros podemos ver varias fotos robadas donde la reina aparece besándose con el Duque de Valonia en un coche oficial. Margaret se queda con la boca abierta, totalmente anonadada, alucinada.

Margaret: ¿Pero que es estoooooooooo? ¡AAAAAAAAAAGGGGGGGGG!!!! (Horrorizada)  Esto no es posible… (Mirando las fotos) Oh Dios mío… Anne es una zorra… ¡La voy a matar! (Furiosa)


ROMA, ITALIA
INT. / HOTEL, PASILLOS / NOCHE

Elizabeth camina por los pasillos de la segunda planta del hotel, la joven intenta abrir la puerta de su habitación pero la tarjeta no responde. En ese instante al fondo del pasillo vemos a Andrés que acaba de llegar. Ambos se alojan en el mismo hotel. El periodista se la queda mirando y…

Andrés: ¿Elizabeth?


Elizabeth: Ay no… no… (Nerviosa, sigue intentando abrir la puerta)

El periodista corre hacia ella para intentar hablar con la princesa pero justo cuando está a punto de alcanzarla la puerta de la suite se abre y la muchacha consigue entrar y cerrar bruscamente. En el pasillo, Andrés intenta hablar con ella al otro lado de la puerta.

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Andrés: Elizabeth, por favor… tenemos que hablar…

Elizabeth: ¿Qué haces aquí? ¿Cómo me encontraste? (Alucinada)

Andrés: Escúchame Elizabeth…

Elizabeth: ¿Qué quieres?

Andrés: Ábreme, por favor, no seas así… Perdóname.

Elizabeth: No hay nada que perdonar, vete, márchate, quiero estar sola.

Andrés: No seas necia, y escúchame…

Elizabeth: ¡Que te largues te digo! Esto no esta bien, yo soy… soy… soy quien soy y… no debí haberme besado contigo en esa cafetería.

Andrés: ¿Te arrepientes? (Triste)

Elizabeth: Andrés, vete por favor…

Andrés: ¡Contéstame!

Elizabeth: No… no me arrepiento… (Con lágrimas en los ojos)

Andrés: ¿Y entonces?

Elizabeth: Shaila tiene razón… esto no puede ser…

Andrés: Está bien… como quieras… no te molestaré más, es mejor que me vaya… (El chico, resignado y triste se dispone a marcharse)

Pero justo en ese instante, Elizabeth abre la puerta y se lanza a sus brazos para besarle. La joven no puede controlar lo que siente por el periodista. Andrés responde a sus besos y ambos se dejan llevar en los pasillos del hotel. Escuchamos música (A prueba de ti – Malú). Pero la pareja no sospecha que una de las cámaras de seguridad lo está grabando todo… A través del objetivo, vemos la imagen sin sonido de ambos besándose.


BRUSELAS, BÉLGICA
INT. / MANSIÓN VALOIS, DORMITORIO DE SEBASTIAN / NOCHE

El Duque de Valonia se dispone a cambiarse de ropa para ponerse el pijama cuando siente un fuerte dolor en el brazo izquierdo. Sebastian se toca el brazo con la otra mano y comienza a perder el conocimiento, es un infarto.

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Sebastian: Ahhh… AHHHHHHHHHH!!!! (Cayendo desplomado al piso)

En ese momento, su hija Rebecca, desde el pasillo, oye la caída y abre la puerta nerviosa.

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Rebecca: ¡Papáaa!! ¡Papáaaaa!!!! (Asustada junto a su padre) ¡Mamá! ¡Roberttt!  ¡Ayuda por favooooorr!!! ¡Un médicoooooo!!! (Escuchamos música incidental)

Chantal y su hijo Robert llegan a la recámara alertados por los gritos.

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Robert: ¡Papáa!! (Se acerca corriendo al Duque)

Chantal: ¡Oh Dios mío!

Rebecca: ¡Llama a una ambulancia, date prisa mamá por el amor de Dios!! ¡Papá, reacciona, papáaa!!!


ROMA, ITALIA
INT. / HOTEL, PASILLOS / NOCHE

Andrés y Elizabeth siguen besándose en el hotel de Roma, sin importarles nada hasta que…

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Elizabeth: Es mejor que te vayas Andrés… Ay te pinté… (Le limpia el carmín de los labios con dos dedos)

Andrés: No pasa nada… (Sonríe feliz)

Elizabeth: Mis guardaespaldas podrían venir en cualquier momento y… (Nerviosa mirando hacia ambos lados del pasillo)

Andrés: Entiendo, no te preocupes…  ¿A qué vino ese beso ahora, me puedes explicar?

Elizabeth: ¡Ay no preguntes tonto! (Avergonzada)

Andrés: Jajaja. Vale, perdóoon. (Le acaricia la mejilla con ternura, se miran a los ojos)

Elizabeth: Si Shaila y los de seguridad se enteran de esto, puedo verme en serios problemas… Me he saltado las normas. Es mejor que te vayas.

Andrés: Estoy alojado también en este hotel.

Elizabeth: ¿En serio? ¡Vete, por favor, corre! ¡Vete! (Le anima a marcharse)

El periodista se va corriendo para no ser descubierto por los guardaespaldas de la princesa. En el pasillo junto a la puerta de la suite, Elizabeth sonríe ilusionada y se toca los labios con una mano pensando en él. Comienza así una relación secreta, una tierna y apasionada historia de amor.



BRUSELAS, BÉLGICA
INT. / HOTEL, HABITACIÓN / NOCHE

Silvie acude a la cita con Bernard Chevalier, su jefe. La periodista va muy sexy, en minifalda, guantes blancos, cabellos suelto, muy maquillada y mostrando un generoso escote. ¿Accederá la rubia a sus más bajos deseos?

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Bernard: Hermosa, como siempre…

Silvie: Gracias… (Sonríe astuta, Silvie entra en la habitación, seguidamente él cierra la puerta)

Bernard: Qué puntual, así me gustan las mujeres… bellas y a la vez serias… (Sonríe con picardía)

Silvie: Lo pensé mejor y… bueno… aquí estoy… (Sonríe falsa)

Bernard: Quiero comerte entera… (Mirándola con lujuria)

Silvie: Y yo quiero… (Sacando una pistola con silenciador del bolso)

Bernard: ¿Se puede saber que estás haciendo? (Asustado) ¿Silvie te has vuelto loca?

Silvie: No voy a permitir que vuelva a ponerme sus sucias y asquerosas manos encima nunca más. ¿Me oye? ¡Nunca más!

Bernard: ¡Baja ese arma!  ¡Estás loca! (Intenta quitársela)

Ambos forcejean intensamente y finalmente la pistola se dispara de forma accidental. Silvie y Bernard se miran a los ojos… El viejo cae fulminado al suelo. Escuchamos música incidental.

Silvie: ¿Pero qué hice? ¡Ahhh!! ¡Ahhhhh!!! (Horrorizada con la pistola aun en la mano, la deja caer al suelo)

En el piso, el cuerpo sin vida de Bernard Chevalier yace en un gran charco de sangre. La bala le ha destrozado el estómago. Escuchamos música incidental.

CONTINUARÁ

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